Salud mental, un elemento fundamental.

La atención nutricional no sólo implica abordar lo que comes, sino también lo que piensas y cómo te sientes en relación a tu cuerpo y la comida.

Debido a que nuestros hábitos y creencias acerca de la alimentación están profundamente arraigados y son diferentes en cada persona, no contamos con un enfoque universal para todos los casos. Fátima Calo trabaja tratando de entender la situación y las necesidades de cada paciente, sus preferencias y objetivos en la consulta, para poder ofrecer así, un apoyo personalizado y dirigido a mejorar su relación con la alimentación.

Así que empecemos por el principio, Fátima, háblanos de la Fátima de niña, ¿Qué soñaba ser?

Fátima, de niña, soñaba con ser muchas cosas, las cuales han ido variando con el paso de los años. Recuerdo soñar con ser profesora de infantil (me gustan mucho los niños) y bióloga (aunque el deseo de ser bióloga duró poco tiempo). Ya en la adolescencia, rondaban en mi cabeza dos profesiones: médico ( de causas humanitarias o pediatra) y criminóloga.

La nota de selectividad truncó un poco los planes para poder dedicarme a la medicina, así que, muy a regañadientes, escogí la enfermería. Una vez dentro, he agradecido en múltiples ocasiones el haber acabado allí. Es una profesión que destaca por el trato con el paciente, cosa que me encanta. Donde las principales funciones, más allá de cualquier técnica, son curar, acompañar, aliviar y ayudar.

Creemos que la sanidad es una profesión que requiere de un componente vocacional elevado, ¿es este tu caso?

 Creo que la vocación, en este caso, es importante en cuanto a técnicas propiamente dichas, pues hay gente muy aprensiva. Sí veo necesario el tener la capacidad de poder enfrentarte a múltiples situaciones, a casos de extrema gravedad y a escenas desagradables. Es decir, tener un poco de sangre fría.

Pero sin ningún tipo de duda, para mí lo más importante es estar dotado de mucha empatía, de mostrar cercanía y generar un ambiente agradable.

Por ejemplo, si eres el número uno ejecutando tu trabajo pero te faltan cualidades emocionales para tratar con el paciente, desde mi punto de vista, falta algo.

No sabría determinar si lo mío es puramente vocacional. De primeras diría que no. Supongo que todo va un poco

ligado a la personalidad de cada uno. En mi caso, no soy demasiado aprensiva, y el tú a tú con el paciente es de las cosas que más me gustan de mi profesión. Me siento muy cómoda en campos donde puedo ayudar al otro.

¿Por qué te has decidido por una formación de técnico en dietética después de completar tus estudios de enfermería?

Después de varios años dedicándome a la enfermería, empezó a llamarme la atención todo lo relacionado con la nutrición. No le daba demasiada importancia, hasta que un día barajé la opción de ampliar horizontes y formarme en algo más. Por aquel entonces, era viable compaginar el trabajo con una formación online y ahí tomé la decisión.

¿Qué es una alimentación sana y equilibrada?

Desde mi punto de vista, una alimentación sana y equilibrada, es aquella que te permite vivir en paz con la comida y donde hay cabida para todo. Aquella en la que su base principal está compuesta por alimentos que, nutricionalmente hablando, son más completos (frutas, verduras, proteínas, cereales, etc.), pero donde hay lugar para otros que nos permiten disfrutar.

Como seres sociales que somos, la alimentación también significa cultura, placer, tradición y celebración. La flexibilidad es imprescindible para mantener una alimentación sana (a nivel físico, pero sobre todo, mental).

¿Cuáles son los problemas más comunes de tus pacientes?

 Sin duda, a día de hoy, destacaría uno: la mala relación con la alimentación. Las creencias tan arraigadas que se tienen acerca de la alimentación, en muchas ocasiones dificultan una buena adherencia al tratamiento, pues el paciente tiene cierto miedo a exponerse a determinadas cosas. Muchas de esas creencias son grandes mitos, los cuales hay que ir desterrando poco a poco.

Para realizar una consulta médica, normalmente esperamos a que los síntomas sean muy evidentes o no nos permitan llevar una vida normal, es este uno de los errores más comunes que tenemos, ¿tardamos mucho en ir a un nutricionista?

Depende de cada caso. Si es un paciente con grandes molestias digestivas, tardan menos en acudir, ya que en estos casos pueden tener ciertas limitaciones en su día a día. Para casos de

pérdida de peso o, simplemente, cambio de hábitos, se tarda bastante más. Como las posibles consecuencias de una mala alimentación suelen darse a largo plazo, le restamos importancia en el presente y posponemos continuamente ese cuidado.

¿Es posible compaginar los hábitos de vida actuales con una alimentación saludable?

 Totalmente. Comer de manera saludable puede ser incluso más rápido, sencillo y, sobre todo, completo, que el típico plato “comodín” del que tiramos cuando no sabemos qué comer o

cuando nos falta tiempo.

¿Podría compartir con nosotros algunos tips para motivarnos a la hora de mejorar nuestra forma de comer?

-Comer suficiente en cada comida. Añadir siempre, en las comidas principales, verdura y/o fruta.

-Respetar las horas de descanso. El descanso insuficiente afecta mucho en las elecciones alimentarias.

-Flexibilidad.

-Probar nuevas recetas (muchas veces la gente relaciona el comer de manera saludable con sufrir, pasar hambre o con comidas aburridas)

¿Qué errores cometemos más a menudo en nuestra alimentación?

 No incluir verduras y/o frutas en nuestras comidas principales. Consumir productos desnatados, light o 0,0% pensando que son mejores que los naturales. Hay mucha gente que, además, cena muy tarde, lo que dificulta un buen descanso entre otras cosas.

Normalmente, tenemos la idea de que ir a un nutricionista nos va a suponer una dieta dura con la que tenemos que convivir, ¿es esto así?

 Para nada.

Partimos de la base de que la palabra “dieta” está totalmente demonizada (de hecho, yo personalmente, la evito todo lo que puedo). Por este motivo, los pacientes vienen ya de primeras con un cierto temor a lo que se pueden encontrar, o refiriendo que les costará mucho llevarlo a cabo.

Cuando ven que todo el proceso es mucho más sencillo de lo que parece, empiezan a relajarse. Distinto es cuando nos encontramos con una patología complicada en la que es necesario omitir ciertos alimentos de por vida, ya que si vienes de unos hábitos totalmente distintos a lo que ahora debes instaurar por salud, resulta mucho más complicado.

En situaciones normales, lo principal es perder ese miedo, aprender cuatro cosas básicas y tener herramientas para establecer en tu rutina una alimentación variada y equilibrada.

Hablemos de las intolerancias tan frecuentes hoy, ¿qué nos puede ocurrir si no son detectadas ni se tratan?

 De primeras, lo que puede llegar a limitar en el día a día el hecho de convivir con una intolerancia que no es tratada. Hay personas que se acostumbran a tener dolor diariamente, por ejemplo. Es decir, piensan que es lo normal. Y nada más lejos de la realidad.

El no detectar y tratar una intolerancia puede destruir nuestra microbiota intestinal y provocar patologías que pueden cronificarse, resultando mucho más complicado su tratamiento yespecialmente la reversión del problema en caso de ser posible.

El pan engorda, el calcio solo se puede obtener de los lácteos, la fruta y el agua hay que tomarlas fuera de las comidas… ¿Qué otros mitos habría que desterrar en torno a la alimentación?

 Actualmente hay muchísimos mitos en torno a la alimentación, muchos de los cuales son los causantes de la mala relación con la comida.

-Una copita de vino al día es saludable.

-No se puede tomar fruta de postre.

-El plátano engorda.

-El azúcar moreno es mejor que el blanco.

-Los huevos elevan el colesterol.

-A partir de las 18:00h no se puede comer fruta o hidratos de carbono.

-El desayuno es la comida más importante del día.

La pregunta del millón: ¿son compatibles una alimentación saludable y una preparación rápida?

 ¡Claro! Puedes preparar, por ejemplo, una ensalada completa y muy nutritiva en menos de 10 minutos. Teniendo en cuenta que a día de hoy hay alimentos en diversos formatos que nos

facilitan mucho la vida (legumbres cocidas en conserva, verduras congeladas y troceadas, etc.).

A día de hoy, vemos como la práctica del deporte se está introduciendo poco a poco más en nuestros hábitos, ¿hay que tener unas pautas en la manera de alimentarnos a la hora de practicar deporte?

Si el objetivo de practicar deporte es simplemente activarse para mantener una buena salud a nivel general, lo importante es asegurarnos un buen aporte de macronutrientes (proteínas, hidratos y

grasas saludables) y de micronutrientes (vitaminas y minerales), que se consigue con una alimentación variada, llena de color y donde priman frutas, verduras y proteínas de calidad, entre otros.

Si hablamos de una práctica deportiva orientada a competición o con unos requerimientos energéticos mayores, es importante tener en cuenta ciertas cosas, como por ejemplo, un aporte extra de proteínas.

Vemos como los complementos alimentarios van aumentando en los lineales de los supermercados, ¿qué opinas de estos productos?

En muchas ocasiones son una herramienta importante, como puede ser el caso de la suplementación de vitamina D. En zonas como Galicia, debido a la poca exposición solar que

tenemos, los valores sanguíneos de esta vitamina suelen estar por debajo del rango deseado. Teniendo en cuenta que la vitamina D se sintetiza a través de la piel y solo una pequeña parte proviene de la dieta, es complicado mantenerse en unos valores óptimos.

Los niveles muy bajos de Vitamina D durante largos periodos de tiempo pueden conducir a una pérdida de densidad ósea, a sufrir raquitismo en niños, a sentir fatiga o depresión, entre otros. En estos casos sería importante suplementar adecuadamente y tener en cuenta aquellos alimentos que son ricos en esta vitamina, así como tratar de asegurar la exposición solar diaria siempre que sea posible. Por otra parte, creo que es muy importante dejarse aconsejar por un profesional, ya que no todos los suplementos tienen la misma composición.

Muchas gracias Fátima por tu tiempo, para terminar nos gustaría que nos explicaras que tal está siendo la estancia en nuestro Centro Clínico

Avenida Barcelona en Santiago. ¿Por qué te decidiste a instalar tu consulta con nosotros?

Creo que el servicio de nutrición va un poco en la línea del resto de servicios que se ofrecen en el centro, facilitando y

expandiendo la atención al paciente. Por ejemplo, una buena alimentación no sólo trata lo que comes, sino también lo que piensas al respecto. Para ello es

fundamental mantener una buena salud mental y conocer el por qué de ciertos patrones de comportamiento que

tenemos.

Además de la inmejorable ubicación del centro, todos los servicios que incluye, te

permiten poder centrarte completamente en el desarrollo de tu actividad y en el paciente

Estamos encantados de que estés en el Centro Clínico de la Avenida de Barcelona, ¿Qué tal en nuestro Centro Clínico? ¿Estás contenta de instalarte aquí?

 Estoy encantada de formar parte del equipo del Centro Clínico Avenida Barcelona. Desde el minuto uno te sientes como en casa, el ambiente es muy agradable y te brindan todas las

facilidades posibles para llevar a cabo tu trabajo de la manera más cómoda y eficiente posible.

La ubicación creemos que es importante, ¿lo valoran tus clientes?

Creo que es algo que valoran mucho. Muchos de los clientes compaginan varios de los servicios del centro, y el hecho de tenerlos centralizados en el mismo lugar, facilita mucho el proceso.

El hecho de que no te tengas que preocupar a la hora del mantenimiento, comunidades,… ¿te permite centrarte más en desarrollar tu trabajo?

 Sin duda alguna. Es una preocupación menos, lo que se traduce en tener la cabeza un poco más despejada de “deberes” y poder poner el foco en el desarrollo de tu actividad. Además te ahorras el hacer grandes inversiones.

¿Aconsejarías a un profesional de la salud instalarse aquí?

Totalmente. El centro tiene todos los servicios necesarios para llevar a cabo un trabajo eficiente, y donde destaca un ambiente cálido de cara al cliente desde el minuto uno que entra por la puerta.