Personalmente, mi especialidad hace referencia a la psicología clínica infanto-juvenil, destinada alestudio de las afecciones propias de las etapas de la niñez y adolescencia, así como a la administraciónde técnicas e instrumentos diseñados para la población en cuestión y la correspondiente patología decada caso particular. Demostrada la importancia de las experiencias que tienen lugar durante estaetapa del crecimiento, la vulnerabilidad que me transmite esta población y las posibles dificultades deexpresión emocional que presentan debido a la falta de conocimiento y experiencia, hacen que miempatía alcance niveles muy elevados con los menores. La vocación personal hacia la niñez yadolescencia, me lleva a empatizar de un modo particular con tales etapas evolutivas debido a unaexperiencia personal similar a la de muchos de los menores cuyos padres demandan atenciónpsicológica. Además, si bien en la mayor parte de las demandas opto por su abordaje desde el marcocognitivo-conductual, en función del caso, mi capacidad de adaptación me lleva a adoptar unaorientación flexible con el fin de satisfacer las necesidades del paciente y familiares.